¿Enfadada? Bien, pero cuida el corazón de tus hijos

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Es muy común que como madres, nos enfademos con nuestros hijos por alguna razón; pero esas emociones debemos saberlas controlar a fin de no afectar el corazón de nuestros hijos, ya que como niños que son, son muy sensibles.

Cuida el corazón de tus hijos: Aprende a manejar la ira

Manejar la ira es algo que debemos aprender, ya que es algo que no solamente tenemos que poner en práctica con nuestros hijos; sino que es algo que debemos hacer en el trabajo, con las relaciones, amistades, entre otros. 

Como madres solemos enfadarnos con nuestros hijos por diversos motivos; y es que muchas veces suelen ser muy tremendos, no hacen caso, se portan mal, fueron castigados en el daycare o preschool, o sencillamente hicieron algo que nos decepcionó o enfadó un poco. 

Primero es importante decir que es totalmente normal, pero son pocos los padres que admiten sentirse enfadados con sus hijos; sobre todo porque esto hace que se sientan débiles o que están fallando como padres. 

Un sentimiento común, es el de decepción, y es que solemos dar todo por nuestros hijos, que sentimos que hay momentos en los que ellos no son agradecidos con nosotros. Sin embargo, debemos entender que son niños, que muchos son traviesos, que se pelean, gritan, corren y hacen cosas que nos molestan, pero que nada tienen que ver con nosotros. 

Identificar la ira: ¿Cómo saber si estoy perdiendo el control?

Primero que nada, debes estudiarte y atacar el problema tú misma. Recuerda que la ira, y el enfado no son sentimientos positivos, y bajo ningún concepto aportan beneficios; al contrario, empeoran la situación.

Para identificar si la ira se está apoderando de ti, lo más común es que identifiques si estás presentando alguna de estas conductas:

  • Tu corazón late más rápido de lo normal.
  • Sientes que no controlas lo que dices.
  • Tu estómago se revuelve.
  • La respiración se vuelve mucho más rápida.
  • Aprietas las manos o la mandíbula.

Además, una de las principales características que posee una persona con ira, es que sus pensamientos tienden a ser muy negativos. Se estresa, se frustra, y en algunas ocasiones se victimiza. 

Todas estas señales, son elementos inequívocos, de que es necesario que te brindes una pausa, te retires del lugar, tomes aire y de que intentes calmarte, antes de que pierdas los estribos. 

¿Cómo no afectar a mis hijos cuando estoy enfadada?

Esa pregunta es una muy común, y es que cuando nos sentimos enfadadas, solemos actuar o decir cosas que probablemente no hubiésemos querido hacer o decir de esa forma. Por ello, es importante saber cómo no afectar el corazón o la sensibilidad de nuestros hijos, cuando nos encontramos molestas.

Lo principal es entender que son niños, y que como niños que son poseen ciertas actitudes o comportamientos que son típicos de niños. Entre los principales consejos que puedo dar, están los siguientes:

  • Entiende que son niños, no pretendas que se comporten como adultos.
  • Elimina los sentimientos de culpa, tus hijos no actúan como lo hacen por tu culpa.
  • Trata de tranquilizarte antes de hablar o calmar a tus hijos; con esto evitarás decir o hacer cosas de las cuales te arrepientas.

Si estos consejos llegaron muy tarde, es crucial que siempre intentes darle un buen ejemplo a tus hijos. Si por casualidad perdiste los estribos y no controlaste tu ira, algo que puedes hacer es conversar con tus hijos y decirle cosas como:

  • “Lo siento, no debí reaccionar así ¿podemos hablar de lo que acaba de pasar?”.
  • “Lamento haberme comportado así, debí haberme calmado antes de hablar. 

Los niños son como esponjas, absorben todo.

Cuando son pequeños están en constante aprendizaje y es común que repitan patrones de sus padres. Por ello es vital brindarles un buen ejemplo, el cual podrán copiar. 

Además, los niños son muy sensibles y a veces solemos exagerar con nuestros regaños; bien sea porque estamos estresados por otras cosas y nuestras emociones se acumulan, o porque sencillamente no hemos aprendido a controlar nuestras emociones.

A pesar de ello, es importante que entendamos que tampoco se deben malcriar a los niños; por lo que es necesario reprenderlos cuando tienen una actitud negativa o cuando hacen algo malo

Sin embargo, siempre dando el ejemplo, sin perder los estribos y sin afectar la sensibilidad del niño. Se le debe hacer entender que lo que hizo está mal, pero que puede mejorarlo y no volverlo a hacer.

La principal idea es enseñarle a los niños lo que está bien y lo que no. Pero que estos métodos de aprendizaje no se vuelvan tortuosos para ellos; por ello debemos mantener siempre la calma en las situaciones estresantes.